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Villagarcía de la Torre
Historia
Época prerromana
Antes de la llegada de los romanos, entre los siglos IX y V a. C., el sur de la provincia de Badajoz estaba dividido, según el tratado de Geografía de Estrabón del s. I a.C, en la Beturia Céltica (en la parte occidental, ocupada por pueblos celtas) y la Beturia Túrdula (en la oriental, ocupada por pueblos túrdulos). Ambas regiones estaban separadas por la cuenca del río Matachel, que formaría parte del territorio túrdulo. Los túrdulos eran un pueblo autóctono que no había sufrido influencias orientalizantes como los turdetanos del sur. Eran un pueblo próspero y culto, que escribía poemas y leyes en verso. Los celtas, sin embargo, eran pueblos de origen indoeuropeo que habían llegado hasta estas tierras instalándose, en principio, en las zonas más despobladas, gozando de un gran auge metalúrgico en tiempo de Tartessos. Hubo celtas, por ejemplo, en la cercana Sierra de Aracena (Huelva). El reciente descubrimiento en 1993 del timiaterio de Villagarcía lleva a plantearse una ocupación anterior. Dicho timiaterio es un lampadario o quemaperfumes de bronce con tres estatuillas a modo de cariátides del siglo VII antes de Cristo. El timiaterio pude ser usado con fines religiosos o funerarios, y entra dentro del grupo arqueológico de los bronces tartésicos, del periodo orientalizante. Se han encontrado otros restos prerromanos en las alturas de San Pedro y el paraje de la Mezquita. Con los datos actuales, y debido a la cercanía de la ruta comercial de la Vía de la Plata, es difícil establecer si la zona era de influencia celta o túrdula. Por los hallazgos de monedas y restos romanos es presumible la existencia en este lugar de una mansión romana sita en las cercanías de la calzada romana de la Vía de la Plata. Época Árabe
La población ya existía en época árabe. El padre Fray Juan Mateo Reyes Ortiz de Tovar en su obra “Partidos triunfantes de la Beturia Túrdula” cita la ciudad de Vama. El emplazamiento de dicha ciudad se lo han disputado Villagarcía y Salvatierra de los Barros durante un tiempo, pero en la actualidad parece que la situación de esta antigua ciudad se decanta a favor de Salvatierra debido a la aparición de una inscripción funeraria. El lugar de Villagarcía, en cualquier caso, estuvo a caballo de los reinos de taifas de Sevilla y Badajoz. Siendo dominada por los moros la conquistó Don Rodrigo Iñiguez, maestre de la Orden de Santiago sobre el año 1241. y en 1367 era la mitad de la orden de Santiago y la otra mitad del Comendador Mayor de León Don García Fernández, quien la repobló de cristianos y le impuso el nombre de García. Reconquista
Alrededor del 1330 era señor de la población Don Gómez González de Quijada. En 1332 Alfonso XI dio el lugar de Villagarcía a Leonor de Guzmán. Señoríos
Don Garci Fernández de Villagarcia, 32º Maestre de la Orden de Santiago fue el Primer Señor de Villagarcía. Desempeñó su cargo de 1385 a 1387, año éste en el que murió. Partidario de los Trastámara, sirvió con lealtad a Enrique II y a su hijo Juan I. Juan I, en premio a sus lealtades al rey Enrique II, le hizo merced en junio de 1386 del señorío autónomo de Villagarcía. Para ello, hubo, que segregar Villagarcía de la jurisdicción de la Orden de Santiago, lo que se hizo mediante una permuta del rey Juan con dicha Orden, dando aquél a esta, diez mil maravedíes por juro de heredad en cada año. El 20 de agosto de 1382 el rey le dio permiso “para que pueda hacer e labrar la su casa fuerte de Villagarcía y faserla alcacar e ponerle pretil e almenas, caba e barrera.”. En 1387, en nombre del rey, se le otorgaba escritura de posesión de la villa a Garci Fernández de Villagarcia y su mujer María Ramírez de Guzmán, comendadora de Sancti Spiritu de Salamanca y de la Puebla de la Reina. El II señor de Villagarcía fue Garci Fernández de Guzmán. En 1391, Enrique III confirmó a Maria Ramírez de Guzmán, viuda del dicho maestre, y a su hijo y homónimo Garci Fernández de Guzmán, comendador de Segura en la Orden de Santiago, el privilegio de Juan I, por el que concedió "sesenta vecinos libres de pechos" en Villagarcía y en La Puebla a dicho maestre. Este privilegio sería confirmado por Juan II en abril de 1408. Garci Fernández de Guzmán se casó con Beatriz Suárez de Figueroa en 1394. Su hija, Teresa de Guzmán se convertiría, en 1430 a la muerte de su madre, en III Señora de Villagarcía. Teresa de Guzmán se casó con Luis Cristóbal Ponce de León, hijo de Pedro Ponce de León, primer conde de Arcos y señor de Marchena, que en 1478 fue confirmado por los Reyes Católicos y además recibió cierto furo en las alcabalas de la villa. Luis Ponce de León mandó construir el castillo, quizás sobre la casa fuerte de Garci Fernández y probablemente construyendo o reformando la torre del homenaje. Este castillo podemos contemplarlo aún hoy día en las afueras del pueblo, donde se puede admirar en el torreón principal el nombre de Luis Ponce de León y su escudo de armas. Luis Ponce de León muere entre 1463 y 1465. El IV Señor de Villagarcía fue Pedro Ponce de León y el V Señor es Luis Ponce de León, ricohombre, casado con Francisca Ponce de León, hija del III Duque de Arcos, muerto en 1494. El hijo de ambos, Rodrigo Ponce de León (1488-1530) fue el I Duque de Arcos y VI Señor de Villagarcía. A partir de este momento, el señorío de Villagarcía pasa definitivamente al ducado de Arcos. En 1771 se casan Pedro de Alcántara Téllez Girón y Pacheco (1755-1807) y María Josefa Alfonso Pimentel, que ostentarán los títulos de IX duques de Osuna y XII duques de Arcos, por lo que Villagarcía pasa a formar parte de los posesiones de los duques de Osuna, segunda fortuna de Andalucía en esta época, aunque el matrimonio residió habitualmente en Madrid. La importante casa de Osuna ostentaba por herencia los cargos honoríficos de Camarero Mayor del Rey y Notario Mayor de Castilla. Castillo
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