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PlasenciaEdad Antigua y Edad Media Aunque la actual ciudad de Plasencia no se fundó hasta 1186, hay pruebas de que el territorio ya estuvo habitado en la Prehistoria, pues se han hallado restos de cerámica en la cueva de Boquique. Además, el diccionario de Pascual Madoz señala que pudo ubicarse en la actual Plasencia un lugar desaparecido que se llamaba Ambroz o Ambracia, aunque es posible que dicho emplazamiento estuviese en Aldeanueva del Camino mientras en Plasencia había un pago llamado Pagus Ambracensis. En cualquier caso, se conoce la existencia de construcciones de origen árabe anteriores a la fundación de la ciudad. Entre estas construcciones, había una torre del siglo VIII situada junto al puente de Trujillo que se llamaba Torre del Ambroz, junto a la cual se construyó un pequeño caserío árabe. En un documento expedido en Burgos en 1181 bajo reinado de Alfonso VIII de Castilla se estableció —en contradicción con el Tratado de Medina y con la frontera de la Plata entre los reinos de León y Castilla— que buena parte del territorio del norte de la actual provincia de Cáceres y del noroeste de la provincia de Toledo pertenecían al alfoz del concejo de Ávila. Esta situación cambió en 1186, con el desgajamiento concejil de la ciudad de Plasencia, fundada ese mismo año por Alfonso VIII; el monarca fijó la delimitación de territorios del nuevo concejo en 1189. El lema de la ciudad recién fundada fue «Ut placeat Deo et Hominibus», que en latín significa 'para agradar a Dios y a los hombres'. En 1189, el papa Clemente III creó la Diócesis de Plasencia con sede en la ciudad. Los inicios de la ciudad fueron duros, debido a encontrarse en una zona fronteriza y a su cercanía a los territorios dominados por los musulmanes. En 1196 fue tomada por los almohades, como consecuencia de la batalla de Alarcos,pero Alfonso VIII y el reino de Castilla la recuperarían ese mismo año, el día 15 de agosto. Tras esta reconquista se tomaría la decisión de construir las murallas de la ciudad. Muralla de Plasencia Fuero de Plasencia. A finales del siglo XIII el rey otorgó el Fuero de Plasencia, que otorgaba mucha importancia a la convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos. Ello propició la formación de una importante comunidad judía, que fue la más grande de Extremadura y tuvo considerable poderío económico. Fuero de Plasencia Una de las primeras referencias escritas que se tienen de una corrida de toros se halla en las Cantigas de Santa María de Alfonso X el Sabio, en el llamado «Toro de Plasencia», cantiga en la cual se narra lo acontecido en una corrida celebrada en la plaza de la ciudad, donde gracias a la intervención milagrosa de la Virgen un hombre salva su vida de morir a manos de uno de los toros que se estaban lidiando en aquel momento. «Toro de Plasencia» La ciudad tenía entonces derecho a voto en las Cortes de Castilla, siendo prueba de ello el envío de dos procuradores a las cortes realizadas en Madrid en 1391. El siglo XV fue un período clave de la historia de la ciudad, durante el cual los comportamientos feudalizantes de la Edad Media dieron lugar al final del estatuto de realengo y al consiguiente establecimiento de una jurisdicción de señorío. En 1442 el rey Juan II de Castilla dio la ciudad a la familia de los Estúñigas o Zúñigas, concediendo a Pedro de Zúñiga y Leiva el título de conde de Plasencia. Al pasar a señorío, Plasencia perdió el derecho de voto en las Cortes. En 1446, por deseo de su obispo, el cardenal Juan Carvajal, se crearon en la ciudad unos estudios de Humanidades, que fueron los primeros estudios generales de rango universitario que existieron en lo que hoy es Extremadura. En la segunda mitad del siglo XV, Plasencia tuvo cierta participación en los conflictos bélicos relacionados con el acceso al trono. El rey Enrique IV fue depuesto en la ciudad el 27 de abril de 1465 como soberano de Castilla. Más tarde, el Conde de Plasencia tomó parte activa en la Farsa de Ávila arrebatando la espada, símbolo de la justicia, a la estatua de madera que representaba al rey castellano y proclamando como tal al infante Alfonso. Posteriormente, la reina de Castilla Juana la Beltraneja y Alfonso V de Portugal se casaron el 29 de mayo de 1475 en la casa de las Argollas, donde fueron proclamados reyes de Castilla y Portugal. En junio de 1488, el Duque falleció y le sucedió su nieto Álvaro de Zúñiga y Pérez de Guzmán. La nobleza placentina aprovechó la ocasión para levantarse en armas contra los Zúñiga y recuperar de este modo el poder que detentaban anteriormente sobre la ciudad y sobre las rentas de las tierras que dependían de la misma. Los sublevados fueron apoyados por los Reyes Católicos, que revocaron la donación hecha por Juan II, argumentando que había sido excesiva y contra su voluntad. La revuelta triunfó y el estatuto de realengo fue repuesto, siendo ratificado el 20 de octubre de 1488 en las puertas de la catedral, con la presencia de Fernando el Católico, que juró defender siempre los fueros y la libertad de Plasencia. Edad Moderna Plasencia fue el lugar recomendado por los médicos de la corte a Fernando el Católico como lugar más saludable de todos sus reinos y donde debía fijar su residencia. El monarca se trasladó a vivir a Plasencia en 1515. Murió en Madrigalejo cuando viajaba desde Plasencia a Guadalupe para asistir al capítulo de las órdenes de Calatrava y Alcántara en el monasterio de Guadalupe. Entre 1520 y 1522, durante la Guerra de las Comunidades de Castilla, Plasencia participó de parte del bando comunero, consiguiendo instaurar una comunidad en Plasencia pero ésta se vio mermada por la cercanía de núcleos realistas cercanos, como Ciudad Rodrigo o Cáceres. Entre 1528 y 1531 residió en Plasencia el compositor Cristóbal de Morales, que desempeñó allí el cargo de maestro de capilla. Plasencia tuvo cierta importancia también durante la conquista americana. En 1539, una expedición financiada por el obispo Gutierre de Vargas Carvajal fue al estrecho de Magallanes. Uno de los barcos de la expedición, dirigido por Alonso de Camargo, consiguió cruzar el estrecho. En 1573, el obispo placentino Pedro Ponce de León donó al monasterio de El Escorial parte de su biblioteca, entre cuyas obras se encontraba entre otras el Códice Emilianense procedente del monasterio de San Millán de la Cogolla. En 1665, otro obispo, Diego de Arce y Reinoso, tenía en el momento de su fallecimiento una biblioteca de 3880 obras en 10 000 volúmenes. Cuando en 1502 surgieron las primeras 18 provincias de Castilla, éstas fueron establecidas en función de las ciudades que tenían voto en Cortes. Ninguna ciudad de la actual Extremadura tenía tal voto, de forma que la mayor parte de la región pertenecía a la provincia de Salamanca. Debido a esto, en 1653 Plasencia decidió comprar el voto en Cortes que anteriormente había tenido, compra que realizó conjuntamente con Alcántara, Badajoz, Cáceres, Mérida y Trujillo. Este fue el momento de creación de la antigua provincia de Extremadura, que quedó compuesta por el partido de Trujillo y el territorio de León de la Orden de Santiago, a los cuales se les añadieron las tierras de Coria y Granadilla. Catedral de Plasencia |
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